Todo comenzó en 2009, cuando estudiaba marketing y, casi sin buscarlo, me encontré con el mundo del calzado. Aunque crecí en una familia ligada a este rubro, nunca me había llamado la atención hasta que mi papá me propuso vender algunos productos de un fabricante conocido. Lo tomé como un desafío y, sin darme cuenta, terminé sumergido en este negocio. Durante el primer año y medio, me dediqué a la reventa, pero con cada venta, crecía en mí el deseo de crear algo propio.
En 2011, di el siguiente paso y abrí un pequeño local en Lomas del Mirador. Fue ahí donde nació mi primera colección, con diseños que realmente me representaban. Sin embargo, la mayoría de mis clientes seguían queriendo su marca en los productos, lo que hizo que posicionar la mía fuera un reto. Aun así, seguí adelante y, con el tiempo, decidí lanzar una cápsula de productos propios para dar a conocer mi identidad a través de las redes sociales.
Desde el principio, tuve claro que quería ofrecer calzado con personalidad, confeccionado con cuero de la mejor calidad y procesos de fabricación cuidados al detalle. Cada diseño refleja una impronta única, y cada par de zapatos es el resultado de pasión, dedicación y la búsqueda constante de excelencia.
Hoy, después de años de trabajo y crecimiento, seguimos creando calzado con alma, fusionando tradición e innovación para llevar a nuestros clientes productos que no solo sean tendencia, sino que cuenten una historia.
Hernán Cortese.
